Tanto a Pablo Diablo como a Roberto, el niño perfecto, les chiflan los Moto-Monsters que salen en las cajas de cereales. Ya solo les falta el de color dorado para tener la colección.

Víctor Manuel Meier no está contento con su nombre y decide cambiárselo. A partir de ahora se llamará Piruleta, por su gran afición a las piruletas verdes, que tienen un poder especial cuando, después de chuparlas, están transparentes, y mirando a través de ellas se consigue lo que uno quiere.

Simón es un niño feliz. Cree que los muñecos hablan. Tiene un amigo espantapájaros al que de vez en cuando revela de su puesto para que estire un poco las piernas... A menudo, suele perder su sombra y esta aprovecha para gastarle alguna broma. Lo que él prefiere estudiar son esas cosas que normalmente no se aprenden en la escuela. Cuando hizo quinto de Primaria, a Simón le ocurrieron cosas muy curiosas y extrañas...

Teo y sus amigos hacen travesuras propias de los niños de su edad: vestirse de fantasmas para hacer una broma, comer demasiadas golosinas, inundar el cuarto de baño..

Valen pierde la pelota y encuentra un genuino gatito verde que le acarreará más de un problema. Alterará los televisores, el ascensor; hará que los semáforos enloquezcan, que se disparen las alarmas... Pero no dudará en salvar con su chispa a quienes lo aprecian.