Ana era la menor de una familia judía, que se fue a vivir a Holanda. Mientras Ana y su familia estaban escondidos de la persecución nazi en un anexo de una casa en Amsterdam, ella escribió su diario de vida. En estos años, pasaron hambre, frío y privaciones. Al ser encontrados fueron llevados a los campos de concentración, por lo que el diario de Ana fue un testimonio de la crueldad vivida durante la II Guerra Mundial.
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