Una mañana, en su refugio secreto del encinar, Paula se topó con un ser extrañísimo. Era muy viejo y vestía una especie de túnica que llegaba hasta el borde de sus sandalias. Según le dijo a la niña, era el guardian del tiempo y podía recordar incluso lo sucedido miles de años antes. Con su ayuda, Paula descubrió qué había en aquel encinar y en el castillo cercano nada menos que hace ocho siglos atrás.

Filippo Brunelleschi, más conocido como Pippo el Loco, es un artista incomprendido que tiene que competir con la popularidad de otro artista por la construcción de la cúpula de la catedral de Florencia. Pippo está convencido de que su proyecto es el mejor, y si consigue que los jueces lo tomen en serio, nadie volverá a llamarle Pippo el Loco, sino Pippo el Genio.

Víctor Manuel Meier no está contento con su nombre y decide cambiárselo. A partir de ahora se llamará Piruleta, por su gran afición a las piruletas verdes, que tienen un poder especial cuando, después de chuparlas, están transparentes, y mirando a través de ellas se consigue lo que uno quiere.

Manolito Gafotas es un charlatán capaz de marear a todo el mundo con sus historias. Y es que a Manolito no le pasan cosas extraordinarias pero tiene el don de contarlas como aventuras inolvidables. Aquí continúan las aventuras de Manolito que comenzaron en su primer libro: Manolito Gafotas.

María y Jorge tienen una cosa clara: se quieren. Y se lo dicen de mil maneras: Jorge con sus dibujos, María en su blog y sus cartas. Pero eso que parece muy fácil, se complica si le añadimos madres famosas, paparazzi y gente que opina sin conocerlos. Para poder quererse en paz, Jorge y María deciden montar una campaña; pero no de publicidad, sino de privacidad. Porque su historia es esencial y lo esencial... es invisible a los ojos.