Todo empezó un caluroso día de verano a las cuatro en punto de la tarde. Sólo están en el parque Raúl y sus amigos jugando al baloncesto cuando, de pronto, encuentran aquella maleta ...

Un buen día, el cartero Moritz Nape se despierta con una extraña sensación en la nariz. Enseguida descubre que es capaz de olerlo todo, hasta los pensamientos y los sentimientos de las personas. ¡A su nariz no se le escapa ni una! A pesar de que su amiga Dula, de ocho años, cree que la "supernariz" de Moritz es maravillosa, pronto vendrán las complicaciones.

Mientras mira un álbum de fotos, un adolescente que está a punto de terminar la secundaria, recobra momentos inolvidables de cuando era estudiante de quinto básico con sus compañeros Cigüeña, Porcelana, Albóndiga, Migaja y Pan de Yuca, todos sobrenombres que usaban como jugadores de un equipo de babyfútbol. Dos hechos marcan el recuerdo: una final de un campeonato de fútbol y el robo de un corazón hecho de arcilla para la clase de educación artística. De ese modo, aparece el recuerdo de cómo una chica les quebró roles de género, cómo surgen los primeros amores y cómo la amistad, el amor y la equidad de género, empiezan a moldear sus vidas.

Tras perder a su madre, Jana y su hermana Tatá se convierten en dos pequeñas mamás, cuidando a cinco hermanos. Su padre es el que más sufre pero, poco a poco, intenta mejorar la vida familiar con detalles como la cocina y la música. Sin embargo, Jana se siente sola; su mejor amigo, Ismael, se ha mudado a la costa. Con la ayuda de familiares que vienen a visitarlos, la alegría y el buen humor van volviendo a sus vidas. Ismael, en una de sus cartas, invita a Jana a pasar las vacaciones con él y su familia. Jana se esfuerza en sus exámenes y gracias a algunos ingresos extra de su padre, puede viajar. Ahí, con la ayuda de un pasajero en el avión que le obsequia un libro y le muestra la cara radiante y esperanzadora del sol, confirma su sueño de ser escritora.

Sally tiene problemas porque es diferente a las demás. ¿Qué ocurrirá?