Encerrado en una casa pequeña para pasar tres días divertidos en familia, con el tío Tristam tirándole papas al gato y mamá al borde de un ataque de nervios, Ralph se dará cuenta de que, con esta familia y en Navidad, ser muchos no significa que las cosas salgan mejor.

¡El último huevo de dragón ha sido secuestrado y, si se destruyera, la estirpe de los dragones se extinguiría! No queda más que partir, ¡nos esperan mil aventuras emocionantes y mil peligros que afrontar para llevar la paz al Reino de la Fantasía!

Panchito tiene un problema muy grande: le faltan todavía cuatro calles y se le está haciendo muy tarde. Aunque cuatro calles no son tantas calles. Claro, que si empieza a llover a mares...

¿Qué estoy haciendo en el lejano oeste, con mi hermana Tea, mi primo Trampita y mi sobrinito Benjamín? ¿Qué hago vestido de cowboy en las calles polvorientas de Cactus City? Pero sobre todo, ¿qué hago en la grupa de un toro enfurecido? Casi me parece que estoy viviendo un sueño....

Cucho y don Antonio se instalaron en la calle y empezaron a pasar la gorra. ¡Qué éxito! La gente se paraba no sólo para oír la música, sino para admirar a don Antonio. Y es que entre el uniforme de fantasía y el turbante de lana que le había puesto Cucho, estaba graciosísimo.