
La visita de un compañero científico y su hijo a Villa Kirrin supone un gran transtorno cuando las vacaciones de los Cinco coinciden por error con ella. Buscando dar algo de paz a los dos científicos para que puedan realizar su trabajo, se propone que los Cinco pasen unos días con Manitas, el hijo del científico, que es propietario de un faro en la costa. Allí los Cinco vivirán nuevas aventuras.
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