En la ciudad blanca vive un niño que tiene miedo a la oscuridad, y cuando se asusta, se pone verde. Se suele poner unas gafas para verlo todo blanco, pero un día va a comprar yogures sin sus gafas y, huyendo de las cosas negras, le cae encima un bote de pintura...

Hacía mucho calor y Tor, mi perro, se asaba en el jardín. También se asaban unas sardinas en las brasas de la parrillada. Añadí unas hojas de periódico y... ¡¡¡Fuego!!!

Para Sami las cosas están muy claras; hay gente que tiene sirí y gente que no tiene sirí. Sami está orgulloso porque pertenece al grupo de los que tienen sirí. Pero a su clase ha llegado Luna, una niña que hace cosas muy extrañas, como pintar mamuts en vez de florecitas entre nubes. ¿De dónde habrá salido esta niña?, se pregunta una y otra vez Sami. ¿Qué secreto oculta?

Una niña ha perdido sus patatillas, ¿dónde las habrá dejado? ¡Sus pies están helados, y no las encuentra en ningún lado! La búsqueda que comienza por los lugares más predecibles -como rincones, roperos y bolsones- termina en un viaje a través de la imaginación de su pequeña protagonista: pájaros gigantes, bichos amarillos, juguetes voladores y reyes enanos conforman su mágico mundo y a través de rimas, este libro nos abre un espacio de fantasía en el mundo de esta niña singular.

Pablo y su padre quieren tener un perro, pero no están dispuestos a limpiar sus cacas. Sin embargo, tienen que elegir entre la responsabilidad o la indiferencia del animal.