
Antonieta no es una gallina como las demás, en ningún sentido. Además, está convencida de que no va a saber poner huevos. Pero se equivoca: sí que pone huevos, pero unos huevos muy especiales
Ver FichaAntonieta no es una gallina como las demás, en ningún sentido. Además, está convencida de que no va a saber poner huevos. Pero se equivoca: sí que pone huevos, pero unos huevos muy especiales
Ver FichaOsito, tiene muchas preguntas y una curiosidad sin límites. Gracias a que mamá está ahí para acompañarle, mostrarle el mundo y protegerle...
Ver FichaDesde que se levanta hasta que se acuesta, la niña de este cuento dice estas cosas: ¡Qué asco madrugar! ¡Qué asco la nata de la leche y qué asco que se me quemen las tostadas y que asco los atascos y las cacas de los perros! ¡Y este libro que estoy leyendo, otro asco! Hay cosas que no nos gustan nada, que nos dan asco... la niña, al final del cuento parece que encuentra algo que le gusta. ¿Las cosas que a ella no le gustan serán las mismas que a ti?
Ver FichaLos dos cerditos del cuento han aprendido la lección. Ahora son responsables y trabajadores, así que con la ayuda de su hermano mayor van a construir una casa de muy buena calidad ¡pero nunca hay que empezar la casa por el tejado!
Ver FichaÉrase una vez Vera ,una niña muy morenita, de cabello rizado, sonrisa simpática y mirada siempre vivaracha. Vivía con sus padres siempre en una casa pequeñita cerca de otras muy parecidas en lo alto de una colina. Sus padres se iban pronto a trabajar y siempre andaban con prisas. Y Vera quería jugar, pero nadie tenía tiempo, hasta que conoce a Pepe, y junto a él el maravilloso mundo del colegio.
Ver FichaA Laia los mayores le parecen muy raros. Ese mismo día la despiertan con preguntas muy raras y la meten al coche muy pronto por la mañana. Laia piensa que la van a llevar a ver a sus abuelos. Sin embargo, la llevan a una guardería. Es su primer día en una guardería. Para Laia aquello no es más que una casa con una señora que no deja de sonreír y con muchos niños. Laia tiene que empezar a relacionarse con otros niños. Cuando vuelven sus padres a buscarla, pensaba que ya se había acabado todo. Sin embargo, su madre le dice que va a volver al día siguiente. A Laia le gustaría hablar para preguntarle cuánto va a durar aquello, porque no sabe si podrá aguantarlo durante mucho tiempo.
Ver FichaCuando papá me apaga la luz, todo se queda muy oscuro y callado. En las noches oscuras y calladas pueden pasar cosas horribles. Como que aparezca el Horripeludo Monstruo de lo Oscuro.
Ver FichaLa princesa sabe que su madre se lo soluciona siempre todo, pero ¿qué pasa cuando ella no está? Un día la pequeña duquesa la invita a su palacio para celebrar una fiesta. A la princesa le cuesta mucho ir, pero cuando está allí se lo pasa muy bien. Sin embargo, su madre, la reina, ¡la echa mucho de menos!
Ver FichaCuando Teo se cae con los patines, todos sus planes se arruinan. Ya no puede jugar al fútbol, ni acudir a la fiesta de cumpleaños de su amiga Mila... Se pone de un humor de rinoceronte malhumorado y piensa que sólo a él le pasa. Pero lo que realmente sólo a él le pasa, es que puede contar con Maxi, un verdadero amigo.
Ver FichaEl señor Tomás, el señor Florencio o la señora Maruja nunca pensaron que tendrían que vérselas con personajes tan particulares como una manguera, una escoba o una silla. Pero en estos libros hasta los cacharros tienen sus propios problemas y, ¿por qué no iban a tratar ellos de resolverlos? Estas sorprendentes y divertidas historias nos enseñan a observar todas las cosas, cositas y cacharros que nos rodean de un modo distinto y a valorar la importancia de solucionar los conflictos.
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