Había una vez un gigante, cuyo único trabajo era llenar el cielo de nubes. Todas las mañanas, cogía sus pinceles, grandes como árboles, y se ponía a pintar
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Había una vez un gigante, cuyo único trabajo era llenar el cielo de nubes. Todas las mañanas, cogía sus pinceles, grandes como árboles, y se ponía a pintar
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Napoleón es un tipo bajito, con un rulo en la frente, que aparece en los retratos con la mano dentro de la pechera de la casaca. Pero si supieras por qué, te reirías.
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Un cuento sobre la sordera con recomendaciones para padres y actividades para que el niño empatice con las personas sordas.
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Érase una vez un grito llamado Eh que andaba volando por los aires. Revoloteaba de aquí para allá como una mariposa caprichosa, hasta que un día de pronto...
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Para leer este cuento hay que ir bien abrigado. ¡Hasta la varita mágica se nos ha acatarrado!
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En la tarde gris la niña y el niño juegan al parchís. Los cisnes y los patos patinan sobre el hielo de la laguna. ¿Por qué se transformará el hielo en barco o en canoa?
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Al mercado de Gavirate van a parar ciertos hombrecillos que venden de todo. Un barbero compró la ciudad de Estocolmo a cambio de un corte de pelo y una fricción con colonia.
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El hombrecillo de la lluvia se ocupa de abrir y cerrar todos los grifos que se encuentran en cada nube. Está muy ocupado, abriendo y cerrando los grifos, para no malgastar el agua.
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